Geometrías variables y aristas reconocibles


Vuelve Euskadi a su modo original, o si se prefiere, tradicional, al menos desde la existencia del País Vasco como Comunidad Autónoma. Un Parlamento de mayoría nacionalista y un Lehendakari del PNV.

A este simple resumen se han acostumbrado los vascos desde 1980. La vuelta de la izquierda abertzale, arrastrando en esta ocasión un chorro de votos provenientes de los grupos que cobraron protagonismo por la aplicación de la Ley de Partidos y jugaron papeles bisagra (Aralar, EA, EB más escisiones varias de la formación de Madrazo), ha vuelto a dibujar un contorno político más acorde con la realidad sociológica vasca.

Euskadi se ha visto siempre abocada al pacto. Se han ensayado prácticamente todas las fórmulas, salvo las que integraban a la izquieda abertzale en el Gobierno vasco.

Y como es habitual desde la constitución del primer Parlamento vasco en democracia, el ganador, nuevamente el PNV, no alcanza la mayoría absoluta. Analizan los burukides (dirigentes) del partido jeltzale cómo gestionar el tiempo que ahora se inicia, cómo articular un pacto de legislatura para poder gobernar Euskadi. Muy lejos se intuye la posibilidad de un pacto de Gobierno que integre a representantes de otros partidos en alguna consejería.

Tarea nada fácil la que espera a Iñigo Urkullu si pretende liderar Euskadi sin apoyos. Cualquier iniciativa de gestión podría ser frustrada  desde cualquier frente de la oposición. Imposible sacar unos presupuestos adelante si no es capaz de llegar a un acuerdo con alguna formación (sobre todo con PSE y EH BILDU)

Momento para la reflexión el descalabro socialista. Perder 9 parlamentarios quizás se antoje un castigo excesivo para el Lehendakari que lideró la paz en Euskadi. Vuelve el Partido Popular al menos numéricamente al espacio que ocupó en 1990. La crisis hace estragos y no perdona.

Un detalle. EH BILDU ha irrumpido con fuerza, sí. Pero debería analizar el por qué del frenazo en Gipuzkoa, donde gestionan el Gobierno Foral y el ayuntamiento de San Sebastián entre otros municipios. Aquí, en Donostia, han pasado de ser la primera fuerza a ser la tercera. Bien es cierto que en una cita electoral diferente. Aún falta un paso para recomponer definitivamente el espacio electoral vasco. Que la izquierda abertzale vea legalizada su marca (lease SORTU) y veamos entonces qué sucede con los restos que prestaron sus nombres para permitir que la antigua Batasuna canalizara sus votos.

Acerca de elpapable

Hombre cauto y nervioso. Me muevo más que un sonajero.Canto muy mal pero me gusta mucho. Y aún así, adoro el silencio.
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